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sísifo

absurdo

Mi cerebro es un lugar fértil para preguntas inertes y absurdas.

Yo quisiera crear cosas con sentido, poder escribir relatos o creaciones que le dieran al mundo un sentido... pero como el mundo no tiene sentido para mí, es imposible que de este cerebro nazcan historias con sentido.

Mi padre dice que eso se cura con la edad. No se cura tener preguntas (me dice), pero se cura el agobio que proporciona el no encontrarles respuesta. No sé. Puede que tenga razón. Pero yo sigo viendo el mundo como un lugar absurdo. Igual que lo veía hace diez años.

Un día leí a Albert Camús. Y me di cuenta de que lo que yo pensaba no era original, que otro (¡al menos otro!) había pensado lo mismo que yo. E incluso había sido capaz de plasmarlo con la belleza y profundidad que tienen las palabras de Camús...

Pero Camús me lleva ventaja. Además de la evidente (no escribo como él ni pienso a su altura), otra ventaja me supera, y es que parece que él supo conformarse con la respuesta del absurdo.

Todos los existencialistas se conformaron con algo: Unamuno, Sartre, Camús... todos encontraron un refugio para su búsqueda...

Puede que sea eso, la edad. Quizá cuando tenga más años y me queden menos, la vida (y la muerte) me sean más cercanas y no tenga, si no ya tantas preguntas, al menos tanta necesidad de respuestas.

2 comentarios

esperanza -

Precioso comentario. Tal véz esté muy trillado ya lo que voy a decir, pero la vida es caminar de frente erguidos como mejor podamos y con optimismo siempre.
salud

carlota -

Quiza lo que tengamos que hacer es más vivir la vida, y menos buscar respuestas. Quizá la verdadera respuesta está en la vida misma, en simplemente vivirla.