más sencillo es mejor
Yo me río mucho. Quien me conozca lo sabe. Y además soy muy escandalosa cuando me río... y me gusta. Me gusta reírme y no cortarme a la hora de hacerlo.
Odio esa gente que conozco que cuando se van a reír están más pendientes de las arrugas que de su felicidad. Me parece un desperdicio.
El caso es que esta mañana hablaba de eso con un compañero de trabajo. Y os aseguro que es una cosa insólita que en el mundo laboral en que me muevo uno pueda hablar de eso... (Parece que la felicidad tampoco es un gran valor en mi empresa).
La cuestión es que él me decía que su mujer no suele reírse, y que a él le sabe mal porque ha visto muchas cosas malas en su vida (enfermedades, etc.) que le han demostrado que la vida está para vivirla lo mejor posible.
Aún andaba yo pensando en eso, cuando me han llamado para contarme que a una compañera le han diagnosticado un cáncer de linfoma... Y me he quedado petrificada.
Porque, a pesar de mis risas, a menudo me cuesta recordar que la vida es algo que debe disfrutarse al máximo. A mí me encantó la película (aunque fuera un poco ñoña) del Club de los Poetas Muertos porque era una especie de canto a la vida... y porque me recordaba aquello que yo suelo olvidar...
Lamentablemente, noticias como la de hoy me recuerdan con gran fuerza esa lección.
Por otro lado, estaba poniéndome al día con el blog diario de Juan Cruz y he leído algo que me ha gustado: le preguntaron "¿qué le enseñó la vida?" y él contestó: "He aprendido que más sencillo es mejor".Me quedo con eso. Ojalá aprendiéramos a hacerlo todo más sencillo.
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