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sísifo

Vivir para vivir

Últimamente me ha dado por pensar en la muerte. No en la mía, ni en la de nadie. Sólo en el concepto: la desaparición, el final, lo inevitable.

En general es algo sobre lo que no se piensa. De hecho, la sociedad en la que vivimos ha conseguido apartarla de nuestra mente y nuestra cotidianeidad... nos alejamos de los cementerios, y la envolvemos de un celofán de inexpresión e indiferencia, como si con ello fuera a desaparecer... como si con eso olvidáramos que somos nosotros los que tendremos que desaparecer algún día.

Pero ella sigue ahí, imperturbable, definitiva. Y eso me llevó a pensar en las despedidas. Cuando nos despedimos de alguien nunca pensamos que sea definitivo. Aunque sea alguien a quien sabemos (por el motivo que sea) que no volveremos a ver, siempre queda un "hasta luego" que lo decora con la sensación de un posible reencuentro. Pero a menudo la gente se va... para no volver...

Es una lástima que, como decía, nuestra sociedad destierre ese concepto y esa sensación. Puede que, si la viviéramos más cercana, si pensáramos que cualquier día de estos puede ser el último, también nos ayudara a vivir de otro modo la vida. Porque, como dice Serrat: "Sólo vale la pena vivir para vivir".

4 comentarios

sis -

Sin duda, JL, todos los minutos nos acercan a ella. Ya dicen, no sin razón, que la muerte es la que gana siempre la partida... Pero me da un poco de "grima" pensar que "todo el tiempo transcurrido pertenece a la muerte"... Prefiero pensar que pertenece al pasado, o al olvido, o a otros (a los que sí recuerdan lo que yo olvido...). A cualquiera antes que a la fría muerte...

Jose Luis -

Una del Séneca:
"Nos engañamos al considerar que la muerte está lejos de nosotros, cuando su mayor parte ha pasado ya, porque todo el tiempo transcurrido pertenece a la muerte."

sis -

Yo no estoy de acuerdo. Creo que la finitud es lo que le da el sentido a nuestras vidas. Ser (o creerse) eterno resultaría absolutamente aburrido, si no es que se viviera, como los animales, en un eterno instante. Más allá del instante en el que nada ocurre y nada hay en el futuro, la eternidad supone un castigo, no una bendición.

EL FIN DE LOS TIEMPOS -

Me gustaría, como los animales, no ser consciente de que irremediablemente a todos nos llega la muerte. Creerme eterno hasta el fin de los días. Un saludo y espero que puedas visitarme.